¿Cuánto tiempo nos tomaría alcanzar el atardecer?, Sí, ¿cuántos atardeceres nos llevaría llegar hasta ahí? Esto me hace pensar que si bien sería imposible caminar hasta alcanzar el atardecer, también lo es pensar todas las posibilidades que caben en el horizonte que tenemos en frente, y bien dicen que cada amanecer o atardecer es una nueva oportunidad para volverlo a intentar. Pero, ¿qué queremos creer? Puede ser en lo posible o en lo imposible.

Desde muy chica me ha gustado creer en todo eso que pareciera imposible, porque de cierta forma, cuando se vuelve realidad, es materializar la magia de la vida, y me gusta recordarme que la vida es mágica. Me gusta creer en todo lo que está más allá de lo que vemos, lo que fue antes de nosotros, y lo que hemos sido antes de nuestros amaneceres. Aunque a veces solo falta pedirle al Universo que nos deje llegar al atardecer, para lograrlo.

Cuando imagino lo que me gustaría que pasara en mi vida, y por alguna razón llega ese terrible pensamiento de que todo es imposible y que eso solo pasa en las películas, en las buenas novelas románticas o en la imaginación, otra parte de mí, contesta que también soy parte de la imaginación creadora del Universo, y que siempre hay una sola probabilidad. Entonces, lucho con esta dualidad interna de pensamiento, pero al final me siento más cómoda pensando en que puede suceder, que en que no. Al final, cuesta lo mismo pensar en el sí que en el no.

Sin embargo, hay veces que nos concentramos en los no, para seguir teniendo el papel de la víctima, para poder tener de qué quejarnos, incluso para tener tema de conversación en las reuniones con amigas o familia. Y a veces, resulta bastante complicado darse cuenta que no solo hay que cambiar el «chip» de pensamiento de entre el «sí es posible» y el «no es posible», sino que también hay que cambiar de entornos. Que bueno, cuando uno empieza a cambiar sus pensamientos, solito lo demás también empieza a acomodarse. Entonces, se suma un nuevo reto, aprender a soltar y a dejar ir, confiar en todo momento en el Universo, sabiendo que siempre habrá un nuevo amanecer, con su atardecer para seguir caminando hacia el destino.

Hoy me quedo creyendo que sí, todo cabe en el horizonte.

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